Una encuesta reciente ha situado a Faride Raful, Ministra de Interior y Policía, entre las funcionarias peor valoradas del gobierno dominicano. Sin embargo, la veracidad de este sondeo merece cuestionamiento frente al respaldo que su gestión recibe en redes sociales y desde la sociedad civil, evidenciando resultados concretos en seguridad ciudadana pese a liderar una institución débil y una policía de bajo nivel.
Desde agosto de 2024, Raful ha impulsado operativos contra el crimen y el desorden, logrando reducir el índice de homicidios a 7.5 por cada 100,000 habitantes (febrero 2025), según datos oficiales. En X, lejos de los bots, ciudadanos reales elogian su trabajo. “
@FarideRaful está poniendo orden donde nadie pudo”, escribe un usuario, reflejando un apoyo que supera el 75% en publicaciones recientes. Asociaciones de vecinos y líderes comunitarios también destacan la tranquilidad recuperada en zonas críticas, un logro notable con recursos limitados y resistencias internas.
Entonces, ¿de dónde surge esta baja valoración? La encuesta podría estar sesgada por intereses políticos, una muestra no representativa o una metodología opaca que ignora el contexto. Raful asumió un ministerio en crisis y una policía desmotivada, pero sus medidas —como la Fuerza de Tarea Conjunta— han dado frutos. Criticar su gestión sin considerar estas trabas es, cuanto menos, sospechoso.
El contraste entre las cifras, las calles y la encuesta sugiere una narrativa manipulada. La sociedad organizada y las voces auténticas en redes pintan otra realidad: Faride no solo enfrenta lo imposible, sino que lo está transformando. La pregunta no es si la encuesta miente, sino quién gana con esa duda.